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  • Foto del escritorPs. Constanza Díaz

Convertirse en hermano mayor

Cuando hay un nacimiento en la familia --y sobre todo cuando seremos madre o padres por segunda o tercera vez-- no esta solo la felicidad y vivir el nuevo embarazo. Cuando tenemos otro hijo o hija nos surgen muchas preguntas y parte de nuestra atención está en cómo ayudar a mi hijo o hija a vivir mejor el nacimiento de su nuevo hermanito o hermanita.


Para un niño o niña, dependiendo de la edad y su desarrollo madurativo, la llegada de alguien a la casa que se quedará y ocupará tiempo de mis padres, no es fácil y, si bien a veces todo sale de maravilla, otras se torna muy complicado. Podemos ayudarlos desde el embarazo a vivir esta nueva llegada y a que la relación con este nuevo bebé sea una linda experiencia que siente las bases de un lindo vínculo.


A continuación, les contaré algunas cosas que podemos anticipar antes del nacimiento.


Lo primero es que les contemos antes que todos los amigos y familiares sepan. ¿Por qué? Porque deben saber por nosotros, porque nadie mejor que ustedes para contarle, contenerlo, calmarlo y responder todas sus preguntas. Es importante responder a sus reacciones emocionales y no desde lo que a mi me pasa, sino sintonizando con lo que a él o ella le ocurre.


Ejemplo:


Niña: "Mamá, no quiero tener un hermano". Claramente, esa frase nos puede dar mucha pena o rabia o frustración. Es importante diferenciar lo que a mí me pasa, cuales eran mis expectativas y sintonizar con lo que a ella le ocurre.


Mamá o papá: "Mi amor, entiendo que esto es difícil, entiendo que ahora estás enojada..." Respiro. Abrazo. O, si es más grande, podemos preguntar: "Mi amor, veo que estás enojada. ¿Por qué no quieres un hermanito? ¿Qué piensas que va a pasar?" O, ya que como padres son los que mejor la conocen, preguntarle según lo que creamos que está ocurriendo y, desde ahí, escuchar y contener esa reacción emocional empatizando.


No es bueno crear expectativas que no serán. Por ejemplo, no decir cosas como "tu hermanito se porta tan bien en mi guatita que de seguro no llorará" o "Nada va a cambiar cuando nazca" (sabemos que las rutinas y los tiempos seguro tendrán algunos cambios). No prometamos nada que no estemos seguros.


Una buena idea es modelar el comportamiento o la aproximación que deseamos tenga con su hermana o hermano, más que nada desde un punto de vista de seguridad. Adelantarnos diciéndole lo que no puede hacer con el bebé y eso podemos hacerlo con una muñeca, sea hombre o mujer, comprémosle una para que se adapte y nosotros, como papá y mamá, ayudarla con el modelaje, el mostrarle qué hacer y qué no.


Pasa que muchas veces por el cansancio que significa tener un recién nacid0, sumado a nuestras hormonas, expectativas y el querer hacerlo lo mejor posible, estamos más reactivas y tendemos a retarlos diciéndoles "no la toques", "silencio, que está durmiendo", "no hagas eso", etcétera y el niño o niña termina pensando que está haciendo todo mal y que no se puede acercar a su hermanito o hermanita.


Por eso, es importante, desde antes del nacimiento, decirle de manera verbal y con gestos, lo que sí puede hacer, cómo hacerlo y modelarlo. Decirle que se debe lavar las manos, que si quiere tomarla en brazos siempre debe ser en compañía de un adulto y que no debe tocar su carita. Una buena idea es enseñarle a tocarle la planta de los pies o la palma de la mano, al bebé no le molesta y al tocar ahí se genera un reflejo, no les da cosquillas pero sí mueven sus deditos, con esto el hermanito quedará feliz, ya que sienten que el bebé está respondiendo a lo que ellos le hacen.


Algo importante, y que muchas veces en el momento genera preocupación en los niños y niñas, son las contracciones. Ven a la mamá que reclama de dolor y que se va al hospital, por eso es importante explicarles. Contarles desde antes que la manera de avisar de su hermanito o hermanita que ya está listo para llegar es que se apretará la guatita de la mamá y eso significa que debe ir al lugar donde nacerá, aunque el parto sea en casa. Es fundamental decirle que todo estará bien y que mamá está segura.


Pensando en si tienes a tu bebé fuera de casa, es importante incorporar a la persona con la que se quedará tu hijo o hija un par de semanas antes. Hacerla o hacerlo parte de sus rutinas de sueño y de alimentación.


Durante todo esto proceso es importante fortalecer el vínculo, responder a su necesidad de apego y regular, acompañar en los cambios y estar disponible a sus necesidades.


Es importante verbalizarles que su cuna o cama y sus juguetes serán siendo de él o ella, que el bebé tendrá sus propio espacio para dormir y que tendrá sus propios juguetes. Quizá más adelante se entusiasme y quiera regalarle algo que es propio, pero no es algo que uno tiene que obligarlos. Esa no es una manera de aprender a compartir.


Por último, te recomiendo no realizar grandes cambios ni tres meses antes ni tres meses después de la llegada de un bebé a la casa.


En términos generales, evita comparar, intenta no cambiar sus rutinas y descansa dentro de lo posible para estar más disponible física y emocionalmente.


Si tienes alguna pregunta puntual que preguntar, escríbeme o puedes pedir una hora de orientación conmigo.





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