El pasado año 2024 comenzó con un desafío que ha sido tan emocionante como transformador. Me uní a un grupo de profesionales compuesto por psicólogas, psiquiatras, psicopedagogas, fonoaudiologas y neurólogas, enfocado en trabajar y aportar en torno a las patologías del neurodesarrollo, especialmente dentro del espectro autista.
Desde el inicio, el aprendizaje ha sido constante y profundamente enriquecedor. Juntas hemos desarrollado materiales educativos, realizado seguimientos detallados, presentado casos clínicos, y compartido nuevos conocimientos sobre un tema que, para ser honesta, no estaba tan presente en mi formación universitaria. Todo lo que he aprendido al respecto ha sido fruto de un estudio autodidacta, y ahora, gracias a este equipo, ese aprendizaje ha alcanzado una nueva dimensión.
Poder abordar estas temáticas desde una mirada integral y vincular ha sido, sin lugar a dudas, una de las experiencias más gratificantes de mi vida profesional. Ver cómo este trabajo se traduce en herramientas concretas para mis pacientes y sus familias ha sido simplemente maravilloso.
El espectro autista, al igual que muchas otras condiciones del neurodesarrollo, nos invita a repensar nuestra manera de mirar, escuchar y acompañar. No solo se trata de entender, sino de conectar, de abrir espacios de contención y validar cada experiencia desde un lugar de respeto y empatía.
Sé que este camino recién comienza y estoy llena de gratitud por esta oportunidad de crecer junto a colegas tan comprometidas y sabias. Estoy emocionada por todo lo que aún queda por aprender y, sobre todo, por la posibilidad de seguir transformando vidas a través de este enfoque que pone en el centro las relaciones y los vínculos.
¡Seguimos trabajando, aprendiendo y construyendo en equipo para un 2025 lleno de crecimiento y conexión! 💙
Comments